lunes, 29 de marzo de 2021

RELATOS COTIDIANOS


MARZO SOBERANO


Medina Angarita sanciona nueva ley de Hidrocarburos. Reino de España reconoce independencia de Venezuela. Inicia en Bogotá IX Conferencia Panamericana, Andrés Eloy Blanco pronuncia discurso anticolonial. Guzmán Blanco decreta el bolívar como moneda nacional.


Por Betsy V. Ceballos Herrera

Echando una ojeada a las efemérides nacionales de marzo encontré algunos eventos relacionados con el ejercicio de la soberanía venezolana, y vinculados entre sí, que me parecieron interesantes. A continuación comento cuatro de ellos, porque aun cuando el mes fenezca no pierden su valor.


-   El 13 de marzo de 1943 el presidente Isaías Medina Angarita sanciona la nueva Ley de Hidrocarburos que contempla incremento gradual de la participación del Estado venezolano hasta alcanzar, al menos, 50% de los beneficios de la industria petrolera; unificación de la legislación sobre las concesiones; conversión de contratos otorgados sobre leyes anteriores; obligación de las concesionarias extranjeras al pago del Impuesto Sobre la Renta; compromiso de las mismas de refinar el petróleo venezolano en territorio nacional una vez concluida la Segunda Guerra Mundial; la transformación del transporte por oleoductos en un servicio público, entre otros. Por primera vez el Estado venezolano tendría mayor control sobre su valioso recurso mineral no renovable y un aumento significativo de sus beneficios por concepto de ingresos petroleros. Esta decisión soberana, entre otros argumentos políticos,  le costó la presidencia al general Medina con un golpe de estado el 18 de octubre de 1945 propiciado por las nuevas promociones de militares reunidas en la Unión Patriótica Militar en contubernio con Acción Democrática, convalidado por las transnacionales petroleras y el gobierno estadounidense de Harry Truman, el mismo que lanzó las dos bombas atómicas sobre Japón. El teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud es nombrado Ministro de Defensa de la Junta Revolucionaria de Gobierno que sustituye al gobierno de Medina y preside Rómulo Betancourt. Cuando Rómulo Gallegos gana la presidencia, ratifica al comandante en el cargo. 

-    El 30 de marzo de 1845 el reino de España reconoce a Venezuela en su condición de país libre, soberano e independiente con la firma en Madrid del Tratado de Reconocimiento, Paz y Amistad. Por nuestro país lo ratifica Fermín Toro. El general Carlos Soublette es el presidente de Venezuela. Casi dos siglos después algunos gobiernos españoles y hasta su rey emérito parecen sufrir de amnesia ante la negativa de aceptar la realidad: ya no son imperio. Lo señalamos por las insistentes prácticas intervencionistas en décadas recientes en los asuntos internos de Venezuela por motivaciones políticas, asumiendo de facto a este país como una colonia en rebeldía. La razón geopolítica de España es que aún considera a las naciones de habla hispana del continente americano su área de influencia, con esta posición asume en la Unión Europea a favor o en contra de sus gobiernos. No por nada uno de los muchos cargos que aún tiene el monarca español en funciones es el de Rey de las Indias y la Mar Oceana.

  También el 30 de marzo pero de 1948 inicia en Bogotá la IX Conferencia Panamericana como parte de los preparativos para el nacimiento de la institución regional que sustituirá a la Unión Panamericana justo un mes después, el 30 de abril: la Organización de Estados Americanos (OEA). Si bien este hecho ocurre en Colombia nos permite señalar que allí el poeta nacionalista Andrés Eloy Blanco, Ministro de Relaciones Exteriores del presidente Rómulo Gallegos, da un discurso en el cual reafirma la posición anticolonialista de Venezuela. Aquí nos vamos a detener. ¿Qué ocurría? Para esa fecha sólo 21 naciones americanas eran soberanas, mismas que acudieron a la Conferencia, pues tres países europeos tenían  - y aún tienen - grandes extensiones de tierra en el hemisferio - unas en el continente, la mayoría insulares - bien como miembros de una Mancomunidad o bajo la denominación de “Territorios de Ultramar”. Ellos son: Reino Unido (23 regiones entre islas y tierra firme, incluyendo Islas Malvinas, Belice, Canadá y Guyana Británica), Francia (5 islas y la Guyana Francesa) y Reino de los Países Bajos (7 islas y Guyana Neerlandesa, actualmente Surinam). Durante el desarrollo de la IX Conferencia Panamericana a petición del gobierno de Guatemala de Juan José Arévalo se incluye el tema de las colonias y los territorios ocupados en el continente, con un proyecto titulado Declaración sobre Colonias Europeas en América. El argumento es que el “proyecto histórico de la emancipación de América no estaría concluido mientras subsistieran en el continente regiones sujetas al estado de colonias”(1), “la existencia de tales colonias constituía un peligro para la paz y la seguridad de las Américas y rompía la unidad del continente, condición esencial para la efectividad del sistema interamericano”(2). Se pide que la Conferencia declare la terminación del estatus de colonias en el continente. La Resolución XXXIII cambia la idea original guatemalteca “agregando al concepto de regiones sometidas al régimen colonial, el de territorios ocupados por países no americanos”(3), reconociendo que “el estatus de facto o de jure de colonias, posesiones y territorios dependientes u ocupados en el continente americano varía” (4) en cada caso. Por diferentes razones Brasil, Estados Unidos y otros países no se adhirieren a esta resolución. Algunos sucesos están por ocurrir en el transcurso del evento… y del año. El 9 de abril asesinan en Bogotá al líder colombiano Jorge Eliécer Gaitán, hundiendo a Colombia en una interminable guerra interna que se ha pretendido trasladar a Venezuela. En Perú, el 27 de octubre el general Manuel Odría lidera un golpe de estado contra el presidente constitucional José Luis Bustamante y Rivero, y encabeza una Junta Militar de Gobierno. Estados Unidos que tenía - y tiene - una larga y cruenta  lista de intervenciones de todo tipo en países de América Latina y el Caribe desde el siglo XIX, en algunos casos con la imposición y/o tolerancia de férreas dictaduras, no tiene problemas en reconocer al nuevo gobierno de facto peruano, así que tienen el visto bueno del gobierno de Truman. En Venezuela el 12 de noviembre Rómulo Gallegos le da el ejecútese a la denominada ley fyfty-fyfty, como se le llamaba popularmente a la Ley de Hidrocarburos de Medina Angarita aprobada cinco años antes. Doce días después, el 24,  es depuesto de la presidencia por un golpe de estado encabezado por su ministro de Defensa, Carlos Delgado Chalbaud - ¿lo recuerdan? - quien forma y preside una Junta Militar de Gobierno con los tenientes coroneles Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez. Aquel día el embajador de EEUU en Venezuela estaba “por casualidad” en el Palacio de Gobierno Miraflores. Esta Junta también es reconocida por Truman pese a que meses antes Gallegos se había entrevistado con él solicitándole continuara la política de “buena vecindad” de su predecesor Franklin Delano Rooselvet. Nada. Regresó el garrote. ¿Todavía tiene duda de porqué EEUU no se sumó al proyecto anti colonial? Pensemos en Puerto Rico y Filipinas.

Bibliografía:

Conferencia Panamericana de 1948.  INTEGRACIÓN DE LAS AMÉRICAS. Por  Humberto Villamizar Sebastián Aguilar

(1)(2)(3)(4) EL PACTO DE BOGOTA Y LA OEA. Informe sobre la IX Conferencia Internacional Americana. Alberto Lleras, Secretario general de la Organización de Estados Americanos. Washington, 1948. / Publicado en Alberto Lleras, Antología, Vol V. El Diplomático, pp 128.247; Selección de Otto Morales Benítez. Bogotá, Villegas Editores, 2006.

-     El 31 de marzo de 1879 el gobierno del general Antonio Guzmán Blanco decreta el bolívar de plata como la unidad monetaria del país, e igualmente fija el contenido de oro del bolívar en 0.290.323 gramos de oro fino, creando el "bolívar de plata", equivalente al del metal franco oro, de la Unión Monetaria Latina. Se prohíbe además la libre circulación de monedas extranjeras, solo se admitirían en calidad de mercancías según su contenido del metal fino.  La moneda de plata circuló libremente hasta la década de 70 del siglo XX. Con el correr de los años se fortalecería a tal punto de estar entre las más fuertes del mundo, en particular en la segunda mitad del siglo XX; tanto, que es mencionada en la narrativa de ficción foránea. Esta fortaleza se debe en buena parte a los ingresos económicos derivados de la actividad petrolera, aumentados gracias a la aplicación de –  una vez más - la Ley de Hidrocarburos de Medina Angarita, y a la explotación de otros recursos minerales. Venezuela se convierte en el país que más inversionistas extranjeros atrae, especialmente estadounidenses, en diversas áreas. Los beneficios de las principales sociedades norteamericanas aumentan entre 1950-1959 casi un 90%: la Compañía Standard Oil produce la mitad del petróleo, la Shell la cuarta parte, la Gulf la séptima. La segunda riqueza del país, el hierro, la domina la compañía Iron Mining, filial de US Steel, el grupo Cooper tiene la siderurgia, la Hawkins la petroquímica, y la Raynold las reservas de bauxita en la Guayana. (*)  Venezuela es el segundo país productor mundial de petróleo, la nación más rica del Caribe con los ingresos más altos!… eso sí, mal repartidos. Recordemos que el cambio bolívar-dólar es de apenas 3,30 Bs/$ hasta 1961, Betancourt la devalúa a  4,30 Bs/$; este valor dura hasta 1983, cuando el Presidente Luis Herrera Campins la devalúa de nuevo, y ya no paró. Ahora, con un cambio rayando los 2 millones de bolívares/dólar en 2021, hablar de un otrora bolívar fuerte a muchos les puede sonar a coba, embuste, fantasías de ayer y hoy, sobre todo a los jóvenes que han crecido o se han vuelto adultos en hiperinflación y ven sus aspiraciones frustradas por, entre otros motivos, la casi desaparición del bolívar, en parte por el ataque desmedido extrafronterizo que sufre con el objeto de destruir la economía venezolana, en parte por la débil defensa que desde dentro del país se le hace, levantando serias sospechas de una complicidad de alto nivel sobre decisiones pragmáticas y anti nacionalista para sustituirlo por la divisa estadounidense. La literatura puede ayudarnos a creer en el digno pasado de nuestra moneda, más allá de lo que nos digan los libros de economía, algún artículo de prensa o expertos en el área. Veamos. En la novena novela del escritor Ian Fleming sobre James Bond, “Operación Trueno”, llevada al cine y protagonizada por Sean Connery, el archienemigo del agente británico y jefe de Espectra, Ernst Stavro Blofeld, presenta un informe a los miembros de la banda criminal sobre los resultados del Plan Omega, una serie de delitos cometidos en varios lugares del mundo, y las ganancias que produjeron. Allí dice lo siguiente:“(…) En números redondos, como sabe el Ejecutivo por nuestras cuentas, el ingreso total hasta la fecha, sin contar nuestro último dividendo, aún no distribuido, asciende aproximadamente a un millón y medio de libras esterlinas en francos suizos y bolívares venezolanos, en los que por razones de prudencia, pues siguen siendo las monedas más fuertes del mundo, convertimos todos nuestros ingresos”.  Más adelante, sobre la planificación de un robo de varias toneladas de oro, Blofeld dice “(…) Los lingotes serán trasladados a este buque a cambio de su valor equivalente, según el precio actual del oro, en francos suizos, dólares y bolívares usados”.  Esta novela fue publicada en 1961. Si no le creen a los economistas o a los políticos al menos créanle a Fleming. Está en PDF.

Bibliografía:

http://www.monedasdevenezuela.com/articulos/el-bolivar-cumplio-135-anos-como-moneda-oficial-de-venezuela/

Josué de Castro , “LA AMÉRICA LATINA Y EL ORO”, tomado de Gaceta Manual “Tercer mundo”, Bogotá junio de 1969.

Ian Fleming. OPERACIÓN TRUENO. Novelas de suspenso. Editorial Montaña Mágica. Págs. 51 y 59. 1986

Para todas las efemérides:

VENEMÈRIDES. Efemérides de Venezuela.

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VENEZUELA TIENE UN NUEVO 

BANCO CENTRAL

 


Por Betsy V. Ceballos Herrera

     Si usted quiere saber dónde está en Venezuela el sencillo, el efectivo de la moneda nacional de libre circulación fuera de los bancos, la respuesta es fácil: lo tienen los conductores del transporte público y los trabajadores de la economía informal. Si quiere saber cuáles son los billetes que deben circular en el país, de nuevo fácil: pregúntele a ellos. Porque ya no es el Banco Central de Venezuela el ente que decide sobre el bolívar soberano, son ellos, los buhoneros y camioneteros, quienes se han constituido en la práctica en el nuevo Banco Central de Venezuela.  
     
    Si usted va a pagar con un billete de 500 te dicen “no, porque nadie los acepta”, es decir, ellos mismos, y si va a pagar con uno de diez mil, están comenzando a decir lo mismo.  Si usted vive en Caracas y extraña esa moneda tan suya pero tan devaluada como lo es el bolívar soberano, si hace tiempo que no la ve, vaya a Petare, en el municipio Sucre, o al Mercado de Coche, o a Catia, entre las estaciones de Plaza Sucre y Pérez Bonalde, en el municipio Libertador. Allí los buhoneros se pasean calle arriba calle abajo con pacas de billetes de 20 mil y 50 mil bolívares - muy pocos con diez mil - comprando, vendiendo y cambiando los productos de las bolsas y cajas clap, comprando dólares, o vendiendo su mercancía. 

     Si usted no tiene dinero en efectivo, o no lo quiere gastar todo, y debe o desea cancelar con dinero electrónico, la diferencia de precios entre el pago con tarjeta y el efectivo es casi grosera, sobre todo en los trabajadores informales. Puede llegar a un millón de bolívares. ¿Y eso por qué? Los argumentos más a mano son: no hay suficiente efectivo en la calle, los bancos dan muy poco, apenas alcanza para un pasaje, lo que sale de las instituciones financieras no regresa por la hiperinflación que vivimos. Si bien esto es cierto, no es nuevo, ocurre desde hace poco más de seis años cuando comenzaron las medidas coercitivas unilaterales contra el gobierno y la economía venezolana por motivaciones políticas. Pero esta no es la causa de la desaparición del efectivo en bolívares, el problema es más complejo, una de las causas es ya conocida: Colombia. De nuevo se están llevando nuestros billetes para “cambiarlos” por mayor cantidad de dinero. Si usted, por ejemplo, se va con cien mil bolívares a Cúcuta, le dan, depositan o transfieren hasta 500 mil. Tentador, ¿verdad? ¿Y se los llevan extraterrestres? ¡Noooo! Además de los “hermanos” latinoamericanos que viven y trabajan acá, muchos de los que van allá son venezolanos. La motivación por supuesto es el negocio, ganar más dinero con la venta de nuestro bolívar soberano en detrimento de su valor, sin importar que se contribuye a su desaparición. Algunos, tratando de excusar la estrategia colombiana, dicen que no tienen papel moneda y utilizan el nuestro para hacer billetes. Cualquier disculpa supone delito, además de falta de amor patrio. Lo sabemos, el supra objetivo es descalabrar aún más la economía nacional, y los venezolanos nos hemos convertido en cómplices. 

     Los transportistas públicos también tienen lo suyo. Han implantado dos nuevos modos de ganar-ganar a expensas de pasajeros y comerciantes. Aceptan el pago del pasaje en dólar de baja denominación (billetes de uno) para dar el cambio en bolívares… pero a precio muy por debajo del mercado. Me explico: si el dólar está en, pongamos, Bs. 1.500.000, le dicen que se lo aceptan por 1.300.000 para darle menos cantidad de dinero. Si el pasajero protesta le dicen que esa es la condición, si no páguelo en soberanos devaluados o bájese. Luego, cuando acumulan una buena cantidad, esos billetes de un dólar se los “cambian” a los comerciantes necesitados de sencillo en dólares, porque tampoco hay suficiente menudeo de esta moneda en la calle. ¿Y cómo es la transacción? 8 billetes de un dólar por uno de 10, ganándose los transportistas dos dólares en el intercambio, que en realidad es una venta. ¡Imagínense si llevan 50 o 100 dólares!. Al comerciante no le importa esa pérdida porque, ¿adivinen a quiénes se la cargan? Anjá, al consumidor. Y si los transportistas quieren más dinero mandan una buena cantidad de bolívares en efectivo a Colombia para que regrese multiplicado en sus cuentas, cuando no van ellos mismos. Así las cosas, los camioneteros son en la actualidad estupendos candidatos a marido para las damas interesadas en hombres emprendedores que busquen la plata como sea, sin detenerse en consideraciones éticas. 

     Todo esto sin perder de vista que desde hace rato los precios de los productos y servicios tanto de la economía informal como de la formal, incluyendo al propio Estado venezolano, no están en bolívares sino en dólares. Vaya al Sapi y averigüe cuánto cuesta el registro de marcas o de propiedad intelectual, por ejemplo, o pregunte a los “gestores” de pasaportes, cédulas de identidad, licencias de conducir, cuánto le cuesta el trámite, y cómo varían a diario. 

    Los comerciantes más comedidos ponen a sus productos Ref. #2, ´el precio de referencia es de dos dólares´, otros, los más sinceros, le colocan el cartel 2$ y ya. Si se tienen bolívares hay que estar preguntando “¿y a cuánto el dólar?”, entonces el vendedor dirá el precio que más le convenga, siempre a la tasa más alta del mercado, casi nunca la del Banco Central de Venezuela por ser la más baja de la decena de páginas dedicadas a cotizar el dólar del país. 

     Un amigo me dijo en una oportunidad que si quería saber cómo se mueve la economía real, la de calle, observara cómo reaccionan y actúan los buhoneros –yo agregaría a los conductores de transporte público venezolano- porque lo hacen más rápido que cualquier ministerio de economía o agencia de publicidad. Lo que no me explicó es cómo defendernos de tanto pillaje.

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